martes, 23 de junio de 2009

Confianza

“Aquel que confía en la misión de su vida, llega a la verdad; aquel que confía en la verdad, alcanza la felicidad. Confianza, una herramienta para nuestro actuar”
Estimado amigo, te quiero hablar de un valor fundamental y determinante para nuestra propia vida y la de la sociedad: La confianza.
Debemos entender la confianza como un factor ambivalente, es decir, interno y externo. Por un lado, la confianza para de nuestra persona y la proyección que damos a la seguridad mostrada en nuestros actos, palabras y pensamientos. Por el otro, el externo, tiene que ver con los hechos derivados de nuestro grado de confiabilidad hacia los demás en busca de reciprocidad y de nuestros gobiernos e instituciones.
Comenzaré retomando la idea de confianza externa, ya que nuestro país vive un creciente proceso de desconfianza generalizada hacia el gobierno y de nosotros como sociedad.En su libro “Para que la democracia funcione” Rober Putnam, catedrático de Ciencia Política de Harvard”, se cuestiona: ¿Por qué algunos gobiernos democráticos se desempeñan mejor que otros? Después de varias hipótesis, Putnam asume que el desempeño gubernamental e institucional están estrechamente vinculados con características de la vida cívica y la colaboración para los ciudadanos. En otros términos, la vida cívica activa —asociatividad, interés por los asuntos públicos y las relaciones de orden cooperativo e igualitario— afectan positivamente el desempeño de los gobiernos e instituciones democráticas. La clave: “confiar en que si uno cumple con su deber responsablemente, los demás lo harán”.
¿Cuál es la razón por la que los demás y nosotros mismos no cumplimos con nuestros deberes? El miedo y la inseguridad, que dan como resultado la desconfianza generalizada. Muchas veces los problemas que afectan nuestro entorno, desvían nuestra atención de lo que somos y queremos ser.
Ahora bien ¿Qué es lo que necesitamos, en especial los jóvenes, para cambiar nuestro miedo e inseguridad? Reiteradamente la respuesta es confiar, confiar en nuestros talentos y capacidades, saber que queremos y por tanto que podemos llegar a ser. Muchos pesimistas dirán que nunca podremos estar seguros de lo que somos o queremos porque estamos en constante cambio; a esto, hoy, puedo decirte: “la confianza no quiere decir que estemos seguros de tener respuestas, sino de creer en que las vamos a encontrar…”Así pues, el ser humano no tiene respuestas a todo; pero tiene la capacidad de confiar en que las encontrará.
El joven temeroso y pusilánime permanece en el umbral de la desdicha; no ha dado un solo paso decidido hacia la cumbre. Sólo aquellos que optan por tomar decisiones confiados en dar pasos firmes, alcanzarán la cima, la cual, no es el éxito encantado que el mundo nos presenta… es la felicidad.
Amigos, nos encontramos en una etapa gloriosa de nuestra vida. Cuanta energía nos irradia, y que no ha de hacerse sino fructificarla en acciones productivas; preguntémonos ¿si no tuviéramos la confianza en realizar nuestros ideales a dónde conduciríamos toda aquella energía? ¿desperdiciarla? No amigos, la energía sólo se transforma pero se le debe dar “forma”. La acción es dar pasos confiados en el cumplimiento del ideal, en la “forma” de transformar nuestro ímpetu o energía.
Por último, te invito a que creas en algo muy concreto: “cree en ti, ten la confianza de que puedes hacer tanto como te lo propongas porque tienes todo que ganar y anda que perder; ve y contagia de esa confianza a todos cuantos puedas ganándote con tus actos la confianza de estos sin esperar nada a cambio, sólo así, estará siendo el eslabón de una cadena invaluable que México requiere”.
Rubén Pérez Cantú
Presidente
Comisión Nacional de Empresarios Jóvenes de COPARMEX

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